Aunque pijotas, pescadillas y merluzas comparten características similares, cada uno de estos pescados tiene peculiaridades que los distinguen y los hacen únicos. Comúnmente confundidos por los consumidores, es fundamental conocer las diferencias entre ellas.
Las pijotas son ejemplares jóvenes de la merluza, generalmente más pequeñas en tamaño, con un peso que rara vez supera los 300 gramos. Este pescado se caracteriza por su carne blanca y tierna, perfecta para frituras y platos rápidos debido a su textura suave y sabor delicado. Las pijotas son muy populares en la gastronomía andaluza, donde se suelen disfrutar fritas en aceite de oliva.
La pescadilla, por otro lado, es un término que también se utiliza para referirse a las merluzas jóvenes, aunque en algunos contextos se refiere a pescados un poco más grandes que las pijotas, pero aún no adultas. La pescadilla se distingue por su carne más firme y sabor ligeramente más pronunciado que las pijotas, lo que la convierte en una opción ideal para recetas más elaboradas, como guisos o al horno. Su versatilidad en la cocina la hace una favorita entre los hogares españoles, adaptándose a diversas técnicas de cocción.
Finalmente, la merluza, el ejemplar adulto, puede alcanzar tamaños significativamente mayores, con una carne firme y de sabor más intenso. Es un pescado muy apreciado en la alta cocina, donde se utiliza en una amplia variedad de preparaciones, desde platos sencillos como la merluza a la plancha hasta recetas más sofisticadas como la merluza en salsa verde.
A la hora de comprar estos pescados, es esencial fijarse en aspectos como el tamaño, la frescura y el origen. Las pijotas y pescadillas suelen venderse enteras, mientras que la merluza se encuentra también en filetes o rodajas.
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